El escáner cuántico bioeléctrico no fue inventado por una sola persona, sino que es el resultado de la evolución de varias tecnologías en biofeedback, medicina cuántica, electroacupuntura y resonancia magnética.
Uno de los antecedentes más citados es el trabajo del Dr. Reinhold Voll, médico alemán que en los años 50 desarrolló la Electroacupuntura según Voll (EAV), que fue una de las primeras técnicas en medir la conductividad eléctrica en puntos del cuerpo para obtener información de órganos y sistemas.
Con el tiempo, esa tecnología fue evolucionando y empresas de diferentes partes del mundo (sobre todo Rusia, China y EE. UU.) comenzaron a desarrollar dispositivos que combinaban:
Biofrecuencias
Resonancia cuántica
Algoritmos de interpretación biométrica
Estos aparatos (como el Quantum, Bioplasm, Hunter, entre otros) hoy se conocen como escáneres cuánticos o bioeléctricos, pero no están respaldados por la medicina tradicional. Se utilizan dentro de enfoques complementarios o alternativos, basándose en la idea de que el cuerpo emite frecuencias detectables que pueden interpretarse para detectar desequilibrios.
Aparecieron principalmente en China, con el desarrollo del primer resonador cuántico en 1999, que evoluciona a equipos de detección automática con el tiempo.
Son conocidos como Analizadores Magnéticos de Resonancia Cuántica, y su propósito es realizar evaluaciones de salud rápidas, basándose en la física cuántica para detectar desequilibrios.